Arráncame la ropa con los dientes.

Ven, quiero perversión.

Esta noche quiero sentir tu piel y tocarte donde nadie lo ha hecho. Quiero romper con la inocencia de una buena vez.

Cuando entras en cueros me vuelves loco. Cuando veo tus formas quedo hipnotizado.

Deja la sensualidad a un lado, deja lo santo y puro, vamos a portarnos mal hoy y a horrorizar al papa.

Quiero sentirte adentro, quiero que me invadas y destroces mi inocencia. Sentir tu piel rozando mis secretos y bañarme en el elixir de tu boca.

Apaguemos las luces y despertemos a los vecinos, olvidemos el pasado y disfrutemos juntos lo más salvaje de nuestro amor.

Arráncame la ropa con los dientes, domíname y dómame. No temas ser rudo, no temas explorar mi cuerpo y jugar con él. Estoy a tu completa disposición.

Ven. Quiero enseñarte mis rincones más ocultos, mis caminos más divertidos. Hay más posiciones que El misionero o El perrito.

Las escaleras, el baño, la chimenea. Quiero tenerte adentro en cualquier lugar. La mesa, el comedor o incluso en el baño del parque.