08 julio 2011

Diosa Nocturna.

Ahh. Respira el aroma de esa diosa. Se siente bien, ¿Verdad? Sí.

Hazlo lento, un poco más, así, mantén el ritmo, no forcejees tanto. Sube un poco más las manos y masajea muy suavemente. Eso es, escucha como disfruta de ello. Casi está lista.

Vamos, es hora. Acelera más, empuja más fuerte. Sí, hazla gritar cada vez más, ya la sedujiste, hazla tuya completamente. Hazme caso. Nunca te defraudé, ¿Verdad? Bueno, no dudes ahora, nos ha ido demasiado bien para que lo estropees con eso del amor.

Por favor, lo has hecho mucho mejor antes. ¿Qué carajos te pasa? Deja los nervios. Nunca habías estado así. ¿En qué piensas? No. No lo hagas. Te digo que no. Es muy mala idea.

¿Ves? Te lo dije. Eso ahora te tendrá más nervioso. No debiste haber dicho esas dos palabras tan estúpidas. ¿No me crees? Mira tus manos, están estáticas y no saben a dónde ir. Ya, hacia arriba.

Me estoy cansando de esto. Lo estás estropeando todo, sólo cállate, ¿O quieres que esto se vuelva un desastre? Vale, me cayo.

Escucha, puedes seguir mis consejos y salir nuevamente triunfante, o puedes arriesgarte a tener sólo esto de enfrente por el resto de tu vida. ¿¡QUÉ!? Definitivamente, perdiste la cabeza.

No me vuelvas a pedir consejos, ¿Okay? Dios, sí que estás grave. Sabes que te vas a equivocar, no digas que estoy mal, eres tú. Olvídalo, no vale la pena discutir contigo, eso sí, no esperes a que te haga caso cuando regreses a mí desesperado pidiendo mi ayuda.

Adiós.

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