Otros dos meses acaban de pasar volando, así que decidí hacer otra actualización de cómo van las cosas con respecto a mi adicción y mis compras compulsivas. No hay muchos cambios, pero me hace bien escribir al respecto, y sé que hay que seguir hablando de este tema. Así que henos aquí una vez más.
Para los que no están familiarizados con la odisea, estas son las entradas que lo empezaron todo:
Estos últimos dos meses han sido insufribles. Tengo que admitirlo. Aunque no he comprado casi nada, el mecanismo de defensa de siempre sigue presente: cada vez que estoy estresado, me entran ganas de comprar libros. He podido mantenerme bajo control la gran mayoría del tiempo, pero todo el estrés que he manejado hasta ahora no es normal.
De por sí trabajar y estudiar al mismo tiempo es difícil. Agrégenle la espera de un bebé, que amerita visitas médicas y cuidados especiales para tu pareja, agrégenle también crisis de salud mental, la expiración de tu permiso de trabajo sin saber cuándo lo vas a recuperar, perder tu trabajo a consecuencia, pagos adicionales sorpresa que hacer a inmigración... Considerando todo esto, creo que me he manejado bastante bien.
No tengo una lista de los libros que compré este mes, pero estoy seguro de que fueron más de uno o dos. Sin embargo, estoy poniéndome al día con las reseñas, con mis responsabilidades pendientes, y tratando en lo posible de enfocarme en mis historias actuales. Hay varias ideas que merecen tiempo y dedicación, así que estoy dándoles prioridad (aunque obvio que primero hay que salir de los estudios).
Mi esposo y yo estamos en otro estado visitando a sus padres, y el cambio de ambiente nos está ayudando a ambos. Sin embargo, no importa en qué estado estés, tus trámites de inmigración siguen pendientes, los pagos sorpresa siguen apareciendo, así que toca respirar. Respirar muy hondo para no pegar el grito al cielo.
Me refugié en la lectura más de una vez igual que cuando era adolescente. Me sigue ayudando, y estoy intentando aplicar mis propios consejos para leer más, pero cómo cuesta a veces. Las noches son extremas, o muy sencillas o muy difíciles, así que hago lo que puedo para concentrarme en los próximos días. Aunque me olvidé de mi planeador semanal, mantengo una especie de rutina que me ayuda.
A final de cuentas, todo se reduce a una simple ecuación mental: si me compro esto, es un dinero que le estoy quitando a mi propio hijo antes de nacer. Así de sencillo. Es extremo, y estoy seguro de que vendrá con problemas, pero es mi último recurso porque, sorpresa de las sorpresas, 10 meses no son suficientes para vencer una adicción.
Seguiremos reportando. Volvemos a los estudios.
Another two months have flown by, so I decided to give another update on how things are going with my addiction and compulsive shopping. Not much has changed, but it feels good to write about it, and I know we need to keep talking about this. So here we are once again.
For those who are not familiar with the odyssey, here are the posts that started it all:
These past two months have been unbearable. I have to admit it. Even though I haven't bought much, my usual defense mechanism is still in place: whenever I'm stressed, I get the urge to buy books. I've managed to keep it under control most of the time, but all the stress I've been dealing with so far isn't normal.
Working and studying at the same time is difficult enough. Add to that the anticipation of a baby, which requires doctor's appointments and special care for your partner, plus mental health crises, your work permit expiring without knowing when it will come back, losing your job as a result, and unexpected additional payments to immigration... Considering all of this, I think I've managed pretty well.
I don't have a list of the books I bought this month, but I'm sure it was more than one or two. However, I'm catching up on reviews, my pending responsibilities, and trying my best to focus on my current stories. There are several ideas that deserve time and dedication, so I'm prioritizing them (although obviously, I have to finish my schoolwork first).
My husband and I are in another state visiting his parents, and the change of scenery is helping us both. However, no matter what state you're in, your immigration paperwork is still pending, and surprise bills keep popping up, so you can only take a breath. Take a deep breath so you don't lose your mind.
I've taken refuge in reading more than once, just like when I was a teenager. It still helps, and I'm trying to apply my own tips for reading more, but it's so hard sometimes. The nights are extreme, either very easy or very difficult, so I do what I can to focus on the next few days. Even though I forgot about my weekly planner, I maintain a sort of routine that helps.
In the end, it all boils down to a simple mental equation: if I buy this, it's money I'm taking away from my own son before he's even born. It's that simple. It's extreme, and I'm sure it will come with problems, but it's my last resort because, surprise of all surprises, 10 months isn't enough to overcome an addiction.
We'll keep you updated. Back to the studio.
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