Elizabeth empujó lentamente el plato hacia adelante, una costumbre de siempre para mostrar que ya estaba completamente satisfecha con la comida que le había preparado Piroska; no quería que nada en lo absoluto se desperdiciara, así que mandó a llamar nuevamente a su cocinera...
- ¿Qué necesita, mi señora?
- Piroska, todo estuvo perfecto, solo necesito que me guardes el resto para el banquete de mañana.
- Como ordene
- Espera. Antes de eso, quiero que nadie, Nadie en lo absoluto, sepa dónde estás guardando los restos de esa mocosa, solo tú debes saber donde está, ¿Entendido?
- Por su puesto, mi señora. ¿Necesita algo más?
- Por los momentos, no. Puedes retirarte...
- Bien...
Todo estaba perfectamente planeado para el día siguiente: el vestido, el banquete, el ramillete de flores, el velo, los invitados, el salón con su decoración, el regalo de recuerdo a todos los invitados, todo sería tal cual como Elizabeth lo había planeado, por lo que se relajó y se olvidó de todo mientras reposaba la comida en la mesa donde horas después estarían sentados los invitados a su boda.
Ese fue su error...
Muchos años después, se decía en la localidad que hacía mucho tiempo en una boda, una condesa importante cuyo nombre nadie recordaba por varias razones, algo había salido mal.
Supuestamente uno de los servidores de la condesa no hizo las cosas como se debían y alguien descubrió algo insulso en la alacena del palacio: Miembros humanos cortados brusca y grotescamente decorados como si fueran simples pedazos de carne de vaca.
No pasó mucho antes de que todos supieran la verdad: Esa condesa que había sido amiga, tutora y madrina de muchas familias reales servía a sus víctimas como simples corderos en las cenas.
El novio en dicha boda terminó loco al ver tal verdad, pues tuvo que ser llevado a la alacena para creer lo que le decían. Se cuenta que por la noche, recordando los momentos de felicidad con su amada se masturbó furiosamente, pero eso no le bastó para olvidar sus penas, y sin esperar lo volvió a hacer, una y otra y otra vez, pero nada. La recordaba todavía, así que fue más lejos: A la mañana siguiente lo encontraron desnudo en su cama cubierto de sangre, con una mano en su sexo y el brazo izquierdo metido hasta las profundidades de su ano y con un cuchillo que lo había atravesado a través de su boca.
¿Qué pasó con la condesa? Antes de que todo se supiera, ella se enteró de que alguien descubrió su secreto y salió huyendo sin que nadie lo supiera, se refugió en su habitación y allí, igual que como estaba haciendo en esos momentos su marido, se desnudó y para ahogar sus penas se introdujo una pera por la vagina y la abrió tanto que terminó con su sexo desgarrado. A la mañana siguiente se encontraba en un estado moribundo, con los cabellos cortados, en una habitación donde todo estaba roto y con los pechos cortados...
Se dice que si se va al palacio, se busca la habitación donde esta condesa buscó su fin y se pronuncia su nombre completo frente a la ventana por donde esperaba a su amor en una noche sin luna y sin nadie más en el castillo, se podrán escuchar sus lamentos, sentir su respiración, escuchar voces que lloran y gritan y finalmente, se la verá, tal cual como estaba antes de morir.
Se desconoce lo que pasaría luego, pues todo aquél que lo ha hecho por curiosidad, valentía, arrogancia o por cualquier otro motivo, no ha vuelto a salir, pero algo es seguro: Aparecerá en su casa un bebé muerto con cicatrices por doquier y con el nombre de Condesa Elizabeth Báthory de Ecsed escrito en el pecho...
Además, se piensa que su fantasma aún se pasea por los jardines de su antiguo palacio, pues muchos acreditan ver y escuchar a una mujer de dulce voz en dichos jardines, especialmente en el cementerio familiar, donde descansa su amado. Desde entonces, cada hombre que se asoma por allí termina violado y decapitado.
Y con respecto a las mujeres, pues todas salen con sanas y salvas, sin ningún raspón, pero acreditando que ya no necesitarán a ningún hombre jamás, pues una misteriosa mujer les dio todo lo que quisieron en un hermoso jardín rodeado de rosas...
- ¿Qué necesita, mi señora?
- Piroska, todo estuvo perfecto, solo necesito que me guardes el resto para el banquete de mañana.
- Como ordene
- Espera. Antes de eso, quiero que nadie, Nadie en lo absoluto, sepa dónde estás guardando los restos de esa mocosa, solo tú debes saber donde está, ¿Entendido?
- Por su puesto, mi señora. ¿Necesita algo más?
- Por los momentos, no. Puedes retirarte...
- Bien...
Todo estaba perfectamente planeado para el día siguiente: el vestido, el banquete, el ramillete de flores, el velo, los invitados, el salón con su decoración, el regalo de recuerdo a todos los invitados, todo sería tal cual como Elizabeth lo había planeado, por lo que se relajó y se olvidó de todo mientras reposaba la comida en la mesa donde horas después estarían sentados los invitados a su boda.
Ese fue su error...
Muchos años después, se decía en la localidad que hacía mucho tiempo en una boda, una condesa importante cuyo nombre nadie recordaba por varias razones, algo había salido mal.
Supuestamente uno de los servidores de la condesa no hizo las cosas como se debían y alguien descubrió algo insulso en la alacena del palacio: Miembros humanos cortados brusca y grotescamente decorados como si fueran simples pedazos de carne de vaca.
No pasó mucho antes de que todos supieran la verdad: Esa condesa que había sido amiga, tutora y madrina de muchas familias reales servía a sus víctimas como simples corderos en las cenas.
El novio en dicha boda terminó loco al ver tal verdad, pues tuvo que ser llevado a la alacena para creer lo que le decían. Se cuenta que por la noche, recordando los momentos de felicidad con su amada se masturbó furiosamente, pero eso no le bastó para olvidar sus penas, y sin esperar lo volvió a hacer, una y otra y otra vez, pero nada. La recordaba todavía, así que fue más lejos: A la mañana siguiente lo encontraron desnudo en su cama cubierto de sangre, con una mano en su sexo y el brazo izquierdo metido hasta las profundidades de su ano y con un cuchillo que lo había atravesado a través de su boca.
¿Qué pasó con la condesa? Antes de que todo se supiera, ella se enteró de que alguien descubrió su secreto y salió huyendo sin que nadie lo supiera, se refugió en su habitación y allí, igual que como estaba haciendo en esos momentos su marido, se desnudó y para ahogar sus penas se introdujo una pera por la vagina y la abrió tanto que terminó con su sexo desgarrado. A la mañana siguiente se encontraba en un estado moribundo, con los cabellos cortados, en una habitación donde todo estaba roto y con los pechos cortados...
Se dice que si se va al palacio, se busca la habitación donde esta condesa buscó su fin y se pronuncia su nombre completo frente a la ventana por donde esperaba a su amor en una noche sin luna y sin nadie más en el castillo, se podrán escuchar sus lamentos, sentir su respiración, escuchar voces que lloran y gritan y finalmente, se la verá, tal cual como estaba antes de morir.
Se desconoce lo que pasaría luego, pues todo aquél que lo ha hecho por curiosidad, valentía, arrogancia o por cualquier otro motivo, no ha vuelto a salir, pero algo es seguro: Aparecerá en su casa un bebé muerto con cicatrices por doquier y con el nombre de Condesa Elizabeth Báthory de Ecsed escrito en el pecho...
Además, se piensa que su fantasma aún se pasea por los jardines de su antiguo palacio, pues muchos acreditan ver y escuchar a una mujer de dulce voz en dichos jardines, especialmente en el cementerio familiar, donde descansa su amado. Desde entonces, cada hombre que se asoma por allí termina violado y decapitado.
Y con respecto a las mujeres, pues todas salen con sanas y salvas, sin ningún raspón, pero acreditando que ya no necesitarán a ningún hombre jamás, pues una misteriosa mujer les dio todo lo que quisieron en un hermoso jardín rodeado de rosas...
¿Te atreves a probar la realidad de esta leyenda?
WOW !! PUES YO CREO QUE NO !!
ResponderBorrarpor las dudas mas bien me quedo en casita!!
muy aterrador en verdad.
Felices Pascuas !!
besos ^
Uff... Se me han puesto los pelos de punta... O.O
ResponderBorrarque buenaa me gustó muchooo
ResponderBorrarDonde se supone que está su castillo? Quiero visitarlo junto con el de Vlad Tepes en un futuro
ResponderBorrarEs el Castillo de Čachtice, si mal no recuerdo, está en Eslovaquia
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