Buen día, Nocturnos.
Para los que participan en el NaNoWriMo, ¿cómo les ha ido? A mí se me están presentando todos y cada uno de los obstáculos para no seguir, y necesito contarlo porque si no voy a explotar.
Hace un mes que el aire que enfría toda mi casa se averió, así que hemos estado durmiendo con abanicos eléctricos. No fue gran problema porque ya ha sucedido antes.
Luego, la laptop que uso, en donde tengo todos mis archivos, se averió y me quedé sin nada. Tuve que tomar dinero que tenía reservado para emergencias para poder sacar la información más importante (entre esos archivos, mi tesis) y empezar a trabajar en una laptop secundaria. Ya lo he hecho, así que luego de un par de días no pensé mucho al respecto. Configuré el teclado para poder escribir en español, y seguí como si no estuviese pasando nada, aunque los nervios ya estaban aflorando.
En medio de esto, mi madre regresó al país luego de unas merecidas vacaciones en Estados Unidos y una visita rápida a Colombia, operaron a mi abuela para colocarle un marca pasos, y estuvimos en Ciudad Ojeda, mi ciudad natal, ayudando a cuidarla.
Luego, la semana pasada, el t4eclado de est4a lapt4op se desconfiguro por complet4o, y7 no he podido arreglarlo. Asi es como escribe ahora, y7 no puedo usar los numeros ni las t4ildes porque o no los reconoce o afect4a la pant4alla. Est4oy7 haciendo la vist4a gorda desde ent4onces, y7 digamos que y7a puedo escribir de manera mas o menos fluida.
Como broche de oro, hace dos días, la resolución de la pantalla se desconfiguró, afectando la resolución de la pantalla y el tamaño del texto. No parece gran cosa, pero teniendo Síndrome de Asperger, ver la pantalla tan recargada sin razón me desespera.
Anoche, mientras escribía esta entrada, el WiFi del mercado (contexto: no hay internet en mi apartamento desde principios de este año, así que he venido todos los días para poder trabajar, escribir, leer algunas cosas y sentir que tengo una vida normal) comenzó a fallar. Para que se hagan una idea, llevo esperando una hora a que se publique una imagen en Instagram.
Como decoración en este cóctel, sigo sin trabajo y sin una entrada de dinero estable.
Años atrás vi una imagen en Facebook que decía que el que quiere escribir, escribe sin importar nada. Escribir en estas condiciones es frustrante, fastidioso, irritante, deprimente... y siguen los adjetivos. Pero sigo escribiendo. Estoy atrasadísimo con todo (NaNoWriMo, tesis, redes sociales...), pero no pienso dejar de escribir, porque es lo que me mantiene medianamente cuerdo.
Desde hace años necesito retomar terapia psicológica. Tengo los nervios a flor de piel, los niveles de estrés y ansiedad disparados (me comí casi 400 gramos de Nutella en dos días), la depresión regresando, pero sin dinero, no puedo.
Muchos ya me han dicho que me veo flaco, desalineado, y las ojeras se notan cada vez más cuando miro al espejo. Siendo honesto, no me provoca arreglarme, verme bien, y en mis 24 años de vida, solo me he sentido bien con mi apariencia en dos ocasiones.
Pero sigo escribiendo, porque me desahogo, porque dreno, porque me desligo de la realidad, dejo de pensar que soy un fracaso, que nada vale la pena, recuerdo que todo pasará en algún momento, y me mantengo de pie. A pesar de todo, sigo escribiendo, no solo porque quiero, sino porque lo necesito, ahora más que nunca.
Para los que participan en el NaNoWriMo, ¿cómo les ha ido? A mí se me están presentando todos y cada uno de los obstáculos para no seguir, y necesito contarlo porque si no voy a explotar.
Hace un mes que el aire que enfría toda mi casa se averió, así que hemos estado durmiendo con abanicos eléctricos. No fue gran problema porque ya ha sucedido antes.
Luego, la laptop que uso, en donde tengo todos mis archivos, se averió y me quedé sin nada. Tuve que tomar dinero que tenía reservado para emergencias para poder sacar la información más importante (entre esos archivos, mi tesis) y empezar a trabajar en una laptop secundaria. Ya lo he hecho, así que luego de un par de días no pensé mucho al respecto. Configuré el teclado para poder escribir en español, y seguí como si no estuviese pasando nada, aunque los nervios ya estaban aflorando.
En medio de esto, mi madre regresó al país luego de unas merecidas vacaciones en Estados Unidos y una visita rápida a Colombia, operaron a mi abuela para colocarle un marca pasos, y estuvimos en Ciudad Ojeda, mi ciudad natal, ayudando a cuidarla.
Luego, la semana pasada, el t4eclado de est4a lapt4op se desconfiguro por complet4o, y7 no he podido arreglarlo. Asi es como escribe ahora, y7 no puedo usar los numeros ni las t4ildes porque o no los reconoce o afect4a la pant4alla. Est4oy7 haciendo la vist4a gorda desde ent4onces, y7 digamos que y7a puedo escribir de manera mas o menos fluida.
Como broche de oro, hace dos días, la resolución de la pantalla se desconfiguró, afectando la resolución de la pantalla y el tamaño del texto. No parece gran cosa, pero teniendo Síndrome de Asperger, ver la pantalla tan recargada sin razón me desespera.
Anoche, mientras escribía esta entrada, el WiFi del mercado (contexto: no hay internet en mi apartamento desde principios de este año, así que he venido todos los días para poder trabajar, escribir, leer algunas cosas y sentir que tengo una vida normal) comenzó a fallar. Para que se hagan una idea, llevo esperando una hora a que se publique una imagen en Instagram.
Como decoración en este cóctel, sigo sin trabajo y sin una entrada de dinero estable.
Años atrás vi una imagen en Facebook que decía que el que quiere escribir, escribe sin importar nada. Escribir en estas condiciones es frustrante, fastidioso, irritante, deprimente... y siguen los adjetivos. Pero sigo escribiendo. Estoy atrasadísimo con todo (NaNoWriMo, tesis, redes sociales...), pero no pienso dejar de escribir, porque es lo que me mantiene medianamente cuerdo.
Desde hace años necesito retomar terapia psicológica. Tengo los nervios a flor de piel, los niveles de estrés y ansiedad disparados (me comí casi 400 gramos de Nutella en dos días), la depresión regresando, pero sin dinero, no puedo.
Muchos ya me han dicho que me veo flaco, desalineado, y las ojeras se notan cada vez más cuando miro al espejo. Siendo honesto, no me provoca arreglarme, verme bien, y en mis 24 años de vida, solo me he sentido bien con mi apariencia en dos ocasiones.
Pero sigo escribiendo, porque me desahogo, porque dreno, porque me desligo de la realidad, dejo de pensar que soy un fracaso, que nada vale la pena, recuerdo que todo pasará en algún momento, y me mantengo de pie. A pesar de todo, sigo escribiendo, no solo porque quiero, sino porque lo necesito, ahora más que nunca.
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