Nota: Escribí esta entrada y las siguientes hace poco más de un mes. Esta situación ha sido horrible, pero quiero subirlas cuanto antes para evitar que se sigan retrasando. Pueden leer todas las de esta semana en Patreon antes de que sean publicadas aquí.
Hola chicos. ¿Listos para otra semana? Yo estoy escribiendo a toda potencia, pero no
me he olvidado de los demás planes. Hoy, luego de mucho esperar, les traigo el análisis que hice sobre El Retrato Oval, de Edgar Allan Poe.
Es uno de los cuentos
más tétricos que he leído, y creo que uno que normalmente se pasa por alto,
a lo mejor por lo corto que es, pero que
tiene ideas intensas y una trama escalofriante. Uno puede apenas imaginarse
lo que pensarían los lectores cuando esta historia vio la luz.
Espero que les guste, ¡y no olviden dejarme sus comentarios
al respecto!
('The "Thompson" Daguerreotype' de William A. Pratt) |
Muchos han escrito acerca de los
efectos del arte en la humanidad. Uno no podría imaginar siquiera qué sería de
la vida sin objetos creativos para ser apreciados, sin pinturas, sin música,
sin dibujos, sin nada. Una persona puede no tener la habilidad de crear, pero
todos pueden apreciar una distracción sensorial decente dependiendo de los
gustos personales. El arte es definido por el diccionario Oxford como ‘la expresión
o aplicación de imaginación y habilidad creativa humanas, típicamente en una
forma visual como pintura o escultura, produciendo trabajos para ser apreciados
primariamente por su belleza o poder emocional’ (Oxford Dictionaries, 2018). Es
interesante notar que la creatividad, evidentemente, está conectada con las
palabras creador y creación, y uno podría incluso ir más allá y asumir que es
también una conexión con el concepto de un Creador, sea una deidad, una fuerza
misteriosa detrás de la vida mima o una evento científico como el Big Bang,
pero la asociación no podría ser más obvia.
Sin embargo, es también razonable
que el poder para crear también confirma el poder para destruir. Es el arte,
sin importar sus muchas formas, capaz de destruir tanto como es capaz de crear?
Edgar Allan Poe parecía pensar que sí, y soy un escéptico a la idea de que esto
fuese una simple coincidencia encontrar tal propuesta es una de sus historias.
‘El Retrato Oval’ presenta una
trama un tanto inquietante: un viajero anónimo, que también está herido,
encuentra refugio en una mansión abandonada en los Apeninos, y en la noche
descubre una pintura con una historia perturbadora, esa de un artista que
convirtió el alma de su esposa, quien fue la modelo, en una pieza de arte, matándola
en el proceso: ‘el pintor (quien tenía un alto renombre) tomo un placer
ferviente y abrasador en su labor, y forjó durante día y noche para
representarla a aquella que tanto lo amaba, que sin embargo se debilitaba y
desalentaba diariamente’. (Poe, 1845). Lo primero que puedo pensar sobre esto
es que es una clara forma de vampirismo dirigido por la obsesión. No es
suficiente para el artista, este esposo, robar lentamente la vida de su mujer
en un intento por inmortalizarla, así que necesita y debe completar la pintura,
sin percatarse de que enviudará al instante, haciendo del artista, que también
significa creador, también un destructor de la vida (Meyers, 2000).
('The Oval Portrait' de Jean Paul Laurens) |
Los vampiros también han sido
conectados con la obsesión por distintas condiciones psicológicas. La medicina
tiene un término para esta manía de tomar sangre: El Síndrome Renfield. Este
síndrome toma su nombre del personaje en Drácula, de Bram Stoker, y es
interesante notar que los individuos que son parte de cultos vampíricos ‘pueden
demostrar ciertas psicopatologías como disociación, pensamientos obsesivos,
pensamientos delirantes, y alucinaciones’ (White y Omar, 2010: p. 192). Esto se
vuelve relevante cuando descubrimos que la primera versión de Poe de este
cuento, titulada ‘Vida en la Muerte’, publicada en Graham's Magazine en
1842, incluía detalles sobre cómo el narrador se había lesionado y que el opio
fue usado para aliviar el dolor. Sin embargo, el autor eliminó esta parte de la
narración por considerar que hacía ver la historia como una alucinación (Sova,
2001).
No importante si el narrador lo
está viviendo o imaginando. De cualquier forma, es claro que este personaje
tiene alguna clase de desbalance mental tal y como el artista, puesto que se
puntualiza que el narrador ‘pensando formalmente en estos puntos, me manto, por
una hora quizás, medio sentado, medio reclinado, con mi visión clavada en el
retrato’ y más explícitamente que ‘en estas pinturas mis delirios incipientes,
quizás, me habían causado tomar un profundo interés’ (Poe, 1845). Empero, me
inclino a pensar que tal vez había algo peor, algo que Poe intentó evadir en el
proceso, cuando escribió este cuento, si consideramos que ‘las historias de
horror son maneras por medio de las cuales los artistas implícitamente comentar
el estados de relaciones humanas en un momento particular’ (George & Green,
2015: p. 2345.).
Fue durante este tiempo, cuando
‘El Retrato Oval’ fue escrito, que la esposa de Poe, Virginia Eliza Clemm Poe,
empezó un declive de salud que terminaría en su muerte en 1847, (Silverman,
1991), y el cual el propio escritor admitió lo volvía ‘demente, con largos
intervalos de horrible claridad’ (Poe, 1848). Esto sugeriría que Poe tenía una
relación ambigua, agridulce, con su trabajo: aunque le ofrecía una distracción
de su realidad, un escape del inevitable evento que le causaría una severa
depresión, quizás él sentía que su arte estaba de alguna manera asesinando a su
propia esposa. Él no necesitaba ser parte de un culto vampírico, puesto que en
su mente él ya era un vampiro.
Estas criaturas han sido enlazadas con la sexualidad, el
deseo sexual y liberación (Hughes, 2012,) pero es claro que la obsesión, muerte
y vida también juegan un rol importante en la figura del vampiro, el cual,
aparentemente, también es capaz de volver un artista, ‘el creador de cosas
hermosas,’ (Wilde, 2014), dado el impacto e influencia que este cuento tuvo.
Algunos estarán familiarizados con cierto Sr. Gray, cuya historia fue inspirada
por este cuento de Poe, y cuyo escritor elogió el trabajo de Poe cinco años
antes de que Gray naciera (Sova, 2001).
Referencias
Sova, D. B.
(2001). Edgar Allan Poe A to Z: The Essential Reference to His Life and
Work. New York: Facts on File.
Edgar Allan
Poe Society of Baltimore - Works - Letters - E. A. Poe to G. W. Eveleth
(January 4, 1848). (2018). Retrieved from https://www.eapoe.org/works/letters/p4801040.htm
George, D.
R., & Green, M. J. (2015). Lessons Learned From Comics Produced by Medical
Students: Art of Darkness. Jama, 314 (22), 2345-2346.
Hughes, W.
(2012). Fictional Vampires in the Nineteenth and Twentieth Centuries. In D.
Punter, A New Companion to The Gothic (pp. 197-210). New York,
NY: John Wiley & Sons.
Meyers, J.
(2000). Edgar Allan Poe: His Life and Legacy. New York: Cooper Square
Press.
Oxford
Dictionaries. (2018). Retrieved from https://en.oxforddictionaries.com/definition/art
Poe, E. A.
(1845). The Oval Portrait. Alex Catalogue.
Silverman,
K. (1991). Edgar A. Poe: Mournful and Never-ending Remembrance. New York:
Harper Perennial.
White, M.,
& Omar, H. A. (2010). Vampirism, vampire cults and the teenager of
today. International journal of adolescent medicine and health, 22(2),
189.
Wilde, O.
(2014). The Picture of Dorian Gray. Urbana, Illinois: Project Gutenberg. Retrieved
June 13, 2018 from http://www.gutenberg.org/files/174/174-h/174-h.html
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