1. ¿Qué te motivó a volcarte en las letras y dedicarte a escribir?
Mi afición por leer. Para ser escritor, primero hay que ser un gran lector. Además, creo que algunos nacemos con una inclinación natural a inventar historias e intentar que suenen convincentes. Con este talento sólo tienes dos salidas: ser escritor o timador profesional.La ciencia ficción permite hablar del presente desde una perspectiva nueva y reveladora. Podría haber escrito “Rihla” como una novela totalmente histórica, pero al describir un hecho que no sucedió, algo imaginario como la llegada de los musulmanes de Granada a la América precolombina, evito ciertos prejuicios y concentro al lector en la historia que realmente le que quiero contar. “Muerte de la luz” de George R. R. Martin, por poner otro ejemplo, se podría situar en el mundo actual, y contar la historia de una joven europea que se casa con un integrista islámico; pero cualquier lector que se enfrentase a esa historia, lo haría desde un punto de vista de partida muy concreto. Al contar la historia en clave de ciencia ficción, con culturas extraterrestres, el lector no tiene ideas preconcebidas. Para mí esa es una de las grandezas de la ciencia ficción.
3. Este tema se veo muy bien reflejado en tus ilustraciones y diseños, por lo que se nota que te gustan tres de las siete artes. ¿Desde hace cuanto has pensado estos gráficos?
Soy diseñador industrial, ese es mi otro trabajo, además de escribir. Cada vez que me enfrento a una nueva novela, a un nuevo escenario, necesito visualizar algunos detalles, y en esa tarea me es muy útil mi talento para el dibujo. Empezó como una necesidad personal, para ser más visual en mis descripciones, pero finalmente acabé trabajando en ilustraciones para otros escritores.
4. ¿De dónde nace este amor por las artes?
Pues no lo sé. También desde que era niño me gustaba dibujar. Quise ser dibujante de comics pero tuve la mala (o la buena) suerte de estudiar al lado de uno de los mejores dibujantes que conozco, Rafael Fonteriz, lo que me hizo desistir. Comprendí que nunca iba a ser tan bueno como él, así que me concentré en la narrativa.
5. ¿En qué te basaste para crear el mundo de Akasa-Pupsa?
Pues, precisamente, la primera semilla del universo de Akasa-Puspa fue un guión de ocho páginas que escribí para Rafael Fonteriz. Contaba la historia de una especie de organismo que viajaba por el espacio e infectaba a naves espaciales. Estaba inspirado en los virus bacteriófagos, que tienen un aspecto alucinante (parecen algo mecánico, no algo vivo). Después conocí a Javier Redal, que es biólogo, y juntos desarrollamos todo el escenario a partir de la idea de una fauna adaptada al espacio. Yo aportaba las ideas y Javier las racionalizaba gracias a sus conocimientos científicos.
“El sueño de la razón engendra monstruos” es un grabado de Goya de su colección de “Caprichos”, el número 43 para ser más precisos. Puesto que la novela cuenta la historia desde dos puntos de vista: el un humanista, Luis Vives, que busca la racionalidad en el turbulenta Europa del Renacimiento, y una bruja que huye de la Inquisición y que viene de un mundo muy diferente al de Luis Vives. La razón contra el oscurantismo, ese es el tema de la novela y por eso el título me pareció tan apropiado.
7. Al ver la portada, vemos que mencionas la magia, y por lo que he averiguado, esta sería la primera intromisión de este tema en tu obra literaria. ¿Cómo fue trabajar con este tema?
No hay magia en ninguna de mis novelas. Me temo que soy muy racional y no me interesa demasiado la fantasía. Lo que parece magia en “El sueño de la razón” podría interpretarse de acuerdo con la frase de Arthur C. Clarke: “Cualquier tecnología lo bastante avanzada es indistinguible de la magia”. “La locura de Dios”, “Rihla”, y “El sueño de la razón” forman una trilogía que estaría conectada sólo por la explicación última de esos fenómenos que parecen mágicos y son ciencia ficción. 8. ¿Los acontecimientos que planeas en esta obra son basados en hechos reales?
Pues sí. Luis Vives fue un intelectual valenciano del Renacimiento. Un humanista en toda regla que emigró a Bélgica y fue alumno de Erasmo de Rótterdam. La novela describe el primer viaje del Carlos V para ocupar el trono de España, y tanto el personaje como el viaje son reales.9. ¿Qué me puedes decir con respecto a Mundos y Demonios?
“Mundos y Demonios” es la continuación del universo de Akasa-Puspa. Está basada en la novela corta “En un vacío insondable”, que era un proyecto de Javier y mío para la tercera parte de la saga, y que nunca llegamos a terminar. El título hace referencia al famoso opúsculo de J. D.Bernal titulado The World, The Flesh, and The Devil, que trata de las posibilidades y los problemas de adaptar la vida humana al espacio. Sobre esta relación, recomiendo el artículo de José Manuel Uría (http://sedice.com/portada/index.php?q=node/173), que lo explica maravillosamente.10. ¿Cómo ha sido trabajar con Javier Redal?
Fabuloso. Hay gente que se cruza en tu vida y la cambia para siempre, y para mí esa persona fue Javier Redal. Es sabio, paciente, y un gran conversador. Es imposible estar una hora con él sin aprender algo nuevo.
11. ¿Estás contento con los resultados?
Por supuesto.
12. La Locura de Dios te ha traído varios premios y reconocimientos. ¿Crees que vale la pena recibir todo esto o no es algo importante en tu carrera?
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13. Antes de pasar a otra pregunta, háblame un poco sobre esta novela...
Es la historia de Ramón Llull (otro personaje real), un filósofo mallorquín del siglo XIV que inventó una serie de sistemas mecánicos para intentar comprender y demostrar la existencia de Dios. Estos mecanismos, a los que él llamaba Ars Magna, pretendían llegar a la verdad mediante la Ciencia. Fracasadas las cruzadas, Llull pensaba que podría usarse esta tecnología para convencer a los musulmanes de la verdad del cristianismo. “Convencer con la fuerza de la razón, no con la razón de la fuerza”, es una frase suya. En mi novela imagino que este personaje fascinante emprende un viaje hacia Oriente en busca de la tierra del Preste Juan, un mito medieval.
Quizá, pero el mundo del cine requiere una dedicación total. Mientras trabajé en Stranded escribí miles de palabras, pero ninguna novela. Los años que median entre “la locura de Dios” y “Rihla” los dediqué a escribir y retocar guiones. Es un trabajo absorbente, difícil de compaginar con otros, y no estoy dispuesto a renunciar a las novelas.
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