Desde hace tiempo he dicho que ser escritor me ayuda, que es mi terapia, y que no me gustaría hacer nada más. De hecho, no me interesa hacer nada más. Hablando con una amiga hace poco me di cuenta de que no he dicho, puntualmente, qué es lo que más me gusta de serlo, cómo escribir me ayuda, ni nada por el estilo. Entonces...
1. Distracción: Escribir me hace salir de este mundo, descansar de la vida diaria. En un momento estoy en mi cuarto, pensando en cómo pagar las cuentas, y al otro estoy en medio de un bosque lleno de vampiros, o de sombras come carne, tratando de escapar del inframundo, o en un Maracaibo lleno de zombis. La vida es mucho más interesante allí.
2. Desahogo: Muchos de mis libros son producto de sueños frustrados, deseos que no se cumplieron, situaciones que hubiese querido vivir, y otras que tengo que drenar para poder seguir adelante. Hay dos personajes que tienen mucho de mí, uno es lo que me hubiese gustado ser, y el otro es lo que realmente fui. Hay mucha ficción, muchas cosas que no tienen que ver con eso, pero esa fue la base.
3. Diversión: Obviamente lo disfruto. Obviamente me encanta, la paso bien, me hace sonreír, y me siento vivo cuando lo hago. Meterse en la piel de los personajes, conocerlos mejor página tras página, incluso sorprenderme con lo que pasa (porque uno planifica, pero no todo se da como lo esperas) es algo que no se puede describir.
4. Descubrir: Para mí, escribir es una forma de entender el mundo, de entenderme a mí mismo, y de dar sentido a todo lo demás. Me ayuda a sentirme humano de nuevo y darme cuenta de que hay tantas cosas que quiero hacer, experimentar, sentir, gente que quiero conocer. Si bien es cierto que escribir es solitario, no me siento solo cuando lo hago.
5. Descansar: Los libros fueron mi refugio, mi lugar seguro. Incluso ahora, cuando no sé qué hacer o adónde ir, sé que siempre hay un libro al que puedo escapar. Quiero que otros experimenten lo mismo con mis historias. Quiero que los lectores sepan que pueden encontrarse a sí mismos, o incluso un poco de ellos, en cada uno de mis libros, y sentirse seguros, reconocidos y valorados tal como yo me sentí y me siento cuando leo.
Es difícil, es frustrante, hay quienes no lo entienden, pero no lo cambiaría por nada en el mundo.
Nile (Pixabay) |
For a long time I've said that being a writer helps me, that it's my therapy, and that I wouldn't like to do anything else. In fact, I'm not interested in doing anything else. Talking with a friend recently I realized that I haven't said, specifically, what I like the most about being one, how writing helps me, or anything like that. So...
1. Distraction: Writing makes me leave this world, take a break from daily life. One moment I'm in my room, thinking about how to pay the bills, and the next I'm in the middle of a forest full of vampires, or flesh-eating shadows, trying to escape the underworld, or in a Maracaibo full of zombies. Life is much more interesting there.
2. Let go: Many of my books are the product of frustrated dreams, wishes that were not fulfilled, situations that I would have wanted to experience, and others that I have to drain in order to move on. There are two characters that have a lot of me, one is what I would have liked to be, and the other is what I really was. There's a lot of fiction, a lot of things that have nothing to do with that, but that was the basis.
3. Have fun: I obviously enjoy it. Obviously I love it, have a good time, it makes me smile, and I feel alive when I do it. Getting under the skin of the characters, getting to know them better page after page, even being surprised by what happens (because one plans, but not everything goes as expected) is something that cannot be described.
4. Discover: For me, writing is a way to understand the world, to understand myself, and make sense of everything in between. It helps me to feel human again, and realize there's so much I want to do, experience, feel, people I want to meet. While it's true that writing is lonely, I don't feel alone when I do it.
5. Rest: Books were my refuge, my safe place. Even now, when I don't know what to do or where to go, I know there's always a book around I can escape to. I want others to experience the same with my stories. I want readers to know they can found themselves, or even just a bit of them, in each of my books, and feel safe, recognized, and valued just as I did and do when I read.
It's hard, it's frustrating, there are those who don't understand it, but I wouldn't trade it for anything in the world.
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