Levanten la mano si los han mirado raro por vestirse de negro. Yo puedo levantar hasta las piernas. Además de pasar por una depresión que duró años, también me visto de negro y escucho música un tanto... particular. Por mucho tiempo fui el estereotipo de lo que la gente imagina cuando se habla de la subcultura gótica: un chico depresivo. Sin embargo, batallar con un doble estigma me hizo aprender más de mí de lo que hubiese imaginado jamás.
Raise your hand if you've been looked at weirdly for wearing black. I can even raise my legs. In addition to going through a depression that lasted for years, I also wear black and listen to music that's a bit... particular. For a long time I was the stereotype of what people imagine when talking about the goth subculture: a depressed guy. However, battling a double stigma made me learn more about myself than I ever imagined.
Publicado originalmente en I am 1 in 4. Ligeramente editado.
Originally published in I am 1 in 4. Slightly edited.
Mal juzgado e incomprendido son adjetivos con los que estoy muy familiarizado, desde la escuela secundaria, e incluso durante un tiempo cuando estaba en la universidad. La gente pensaba que lo sabía todo sobre mí y me definiría con las palabras equivocadas. Siempre he sido leal a mí mismo, acepté lo que defiendo y en lo que creo. A pesar de todo lo bueno que ha hecho, esto también me convirtió en algo controvertido: un chico gótico deprimido.
Un paseo en las sombras
Los extraños tienden a pensar que ser gótico es lo que soy, y esa es una idea comúnmente aceptada: alguien con depresión que usa una o varias formas de arte para expresar sentimientos y pensamientos. Pero hay más de lo que parece. Al menos, así es en mi caso, por muy abusada que pueda sonar la idea para quien lea esto.
Fui acosado verbal y físicamente cuando estaba en la escuela primaria, y las cosas crecieron hasta lo impensable cuando estaba en mi último año. Me enfrenté a una elección: o mantener todo lo que estaba viviendo dentro, arriesgándome a terminar mis días en algún momento, o expresarlo todo de alguna manera para seguir respirando todos los días. Todos sabemos qué opción tomé.
Este paseo en las sombras me ayudó a salvarme y aprendí muchas cosas valiosas que nunca habría descubierto si hubiera estado caminando por cualquier otro sendero en la vida. En lugar de negar los sentimientos, los abrazo, los exploro y luego los libero en el papel, ya sea escribiendo o dibujando, que eran mis armas más poderosas en ese entonces.
Caminando, No-muerto y Amándolo
Ser gótico es aceptar que el mundo es un lugar aterrador, como explica la Lady of the Manners (video abajo), y eso está perfectamente bien para mí. Sé que no hay nada ahí afuera esperando para atraparme, para matarme, y que no soy inmortal para temerle a la luz del día o a un cazador de mitos que llegue en medio de la noche. Solo soy un tipo que se viste de negro para expresar lo que siente.
Sin embargo, también me enfrento al dilema de lo que la mayoría de los góticos intentan combatir, un estigma que a veces define una subcultura a la que pertenezco. No codicio el día de la muerte, no quiero que llegue tan pronto como sea posible y no me siento atrapado en una pesadilla, solo estoy caminando, no muerto, y amándolo tanto como puedo mientras pueda.
Puede sonar extraño e inadecuado para muchos, pero creo firmemente que todos tenemos que buscar lo que nos ayuda, nos cura y nos salva. Expresar depresión me ayuda, hice lo mismo con las autolesiones, incluso cuando me vinieron a la mente pensamientos suicidas, y funcionó.
La oscuridad no me persigue, sino que guía mi caminar en la Tierra y me mantiene vivo.
Misjudged and misunderstood are adjectives I’m very familiar with, since High School, and even for a while when I was in college. People thought they knew it all about me and would define me with the wrong words. I’ve always been loyal to myself, embraced what I stand for and what I believe in. Despite all the good it has done, this also turned me into something controversial: A depressed Goth guy.
A walk in the shadows
Outsiders tend to think that being Goth is what I am, and that's a commonly accepted idea: someone with depression who uses one or many forms of art to express feelings and thoughts. But there’s more than meets the eye. At least, that’s how it is in my case, no matter how overused the idea can sound for those who read this.
I was bullied verbally and physically when I was in Elementary School, and things grew, up to the unthinkable when I was in my Senior Year. I faced a choice: either keep everything I was living inside, risking myself to end my days at some point, or express it all somehow to keep breathing every single day. We all know which option I took.
This walk in the shadows helped me to save myself, and I learned many valuable things I wouldn’t have ever discovered if I were walking any other path in life. Instead of denying feelings, I embrace them, explore them and then release them in the paper, either by writing or by drawing, which were my most powerful weapons back then.
Walking, Undead and Loving it
Being Goth is accepting that the world is a scary place, as the Lady of the Manners explains (video above), and that’s perfectly fine for me. I know there’s nothing out there waiting to catch me, to kill me, and that I am no immortal to fear the light of day or a myth-hunter person to come in the middle of the night. I’m just a guy who dresses in black to express what he feels.
However, I also face the dilemma of what most Goths try to fight, a stigma that sometimes defines a subculture I belong to. I do not covet the day of death, I don’t want it to come as soon as possible and I do not feel trapped in a nightmare, I’m just walking, undead, and loving it as much as I can while I can.
It can sound strange and unfitting for many, but I strongly believe we all have to search for what helps us, heals us and saves us. Expressing depression helps me, I did the same with self-harming, even when suicidal thoughts came to my mind, and it worked.
Darkness doesn’t haunt me, but guides my walk in Earth and keeps me on living.
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