Hoy me levanté con ganas de escribir, con ganas de hacer y deshacer tanto como pueda o, como decimos en Venezuela, "hasta que el cuerpo aguante". La gente normal diría eso ants de salir a beber y bailar, pero aquí pocos somos normales. Aquí se habla de lo que la gente normal prefiere mantener en secreto, se hace lo que los demás no quieren ni pensar. Aquí somos todos raros porque no somos invisibles.
Today I woke up wanting to write, wanting to do and undo as much as I can or, as we say in Venezuela, "as long as the body holds out." Normal people would say that before going out to drink and dance, but here few of us are normal. Here we talk about what normal people prefer to keep secret, we do what others don't even want to think about. Here we are all weirdos because we're not invisible.
Publicado originalmente en I am 1 in 4. Ligeramente editado.
Originally published in I am 1 in 4. Slightly edited.
Tener un problema de salud mental, sin importar el que sea, la forma que adopte, es algo muy divertido. Piénsalo: lidias con tanta presión, tantos sentimientos, emociones y pensamientos diferentes, que quieres, necesitas, que alguien, cualquiera, te eche una mano y te comprenda. Y al mismo tiempo la sola idea de que eso suceda te aterroriza, así que permaneces en silencio, como el Hombre Invisible. Pero ahora, estoy harto de ser invisible.
Veni, vidi, vici
Cuando era más joven, tenía bastante miedo de lo que la gente pudiera pensar o decir sobre mí si alguna vez les decía que padecía depresión, que solía autolesionarme, que padecía ansiedad, etc. La lista es larga, y estoy tristemente seguro de que ese es el caso de muchos de nosotros. Es como una mala broma que la vida sigue diciéndole al universo: "¡No solo lidiarás con uno, eso es demasiado fácil! ¡Ve y toma tres o más!"
No importa con qué nos enfrentemos, no importa lo que tengamos. Lo importante es que aquí está, y todos los días se nos recuerda su presencia, sus efectos y los diferentes lados que puede manifestar sin nuestro consentimiento. Los problemas de salud mental no piden permiso, no dicen lo siento. Vienen, joden, y se van. Veni, vidi, vici.
La mera idea de contárselo a alguien fuera de mi círculo, alguien más además de mis amigos, era una pesadilla. Así que seguía diciéndome a mí mismo que estaba perfectamente bien tal como era, que no necesitaba a nadie más a mi lado. Al final, si era mi problema, debería guardármelo para mí, ¿no? Respuesta incorrecta.
Estoy harto de ser invisible
Yo era demasiado ingenuo y demasiado miedoso para pensar diferente. Pero a medida que pasaban los años y la vida me enseñaba una o dos lecciones, esta cabeza mía se dio cuenta de que, cuanto más trago y cuanto más me mantengo en silencio, peor será todo. Estaba cavando mi propia tumba, pero quería creer algo diferente.
Está claro que las cosas han cambiado mucho para mí. Si me hubieran preguntado hace diez años si sería capaz de hacer esto, compartir mis problemas y dar consejos a otros a través de Internet, habría mirado a la persona como si estuviera haciendo el ridículo. "¿Qué coñ* dices? ¡Lárgate!" Esa es la respuesta más probable que habrías obtenido.
Cuando te enfrentas a este tipo de situaciones, lo mejor que puedes hacer es desintoxicarte, abrir los labios y bajar la guardia, primero con personas de confianza, luego con amigos, luego con la familia, o crea un nombre diferente y habla libremente en Internet. Lo más importante es romper el estigma y el auto-prejuicio. Estamos aquí, respiramos, no somos invisibles y somos reales. Nunca habrá suficientes monstruos en este mundo, entonces, ¿por qué deberíamos jugar a fingir?
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| "Why should we play pretend?" Source. |
Having a mental health issue, whichever it is, whatever form it takes, is such a funny thing. Think about it: you deal with so much pressure, so many feelings, different emotions and thoughts, that you want, need, someone, anyone, to give you a hand and to understand you. And at the same time the very thought of that happening terrifies you, so you remain silent, just like the Invisible Man. But now, I’m done being invisible.
Veni, vidi, vici
When I was younger, I was pretty afraid of what people may think or say about me if I ever told them that I deal with depression, that I used to self harm, that I suffer anxiety, and so on. The list is long, and I’m sadly sure that is the case for many of us. It’s like a bad joke life keeps telling the universe: ‘You will not just deal with one, that’s way too easy! Go and take three or more!’
It doesn’t matter what it is we deal with, it doesn’t matter what we have. The important thing is that here it is, and every day we’re reminded of its presence, its effects and the different sides it can manifest without our consent. Mental health issues do not ask for permission, do not say sorry. They come, they screw and they go. Veni, vidi, vici.
The mere idea of telling someone outside my circle, someone else beside my friends, was a nightmare. So I kept telling myself that I was perfectly fine just the way I was, that I didn’t need anyone else at my side. In the end, if it was my problem, I should keep it to myself, right? Wrong answer.
I’m done being invisible
I was too naïve and too fearful to think differently. But as years passed me by and as life taught me a lesson or two, this head of mine realized that, the more I swallow and the more I star silent, the worse everything will be. I was digging my own grave, yet I wanted to beleive something else.
It is clear that things have changed a lot for me. If I had been asked ten years ago if I would be able to do this – share my problems and give advice to others through the internet – I would have looked at the person as if they were being ridiculous. ‘What the h*ll are you talking about? Get away from me!’ That’s the most likely answer you would have gotten.
When you deal with this kind of situations, the best thing you can do is to detox, open your lips and let your guard down, first with people you trust, then with friends, then family – or create a different name and freely speak on the internet. The most important thing is to break the stigma and self-prejudice. We are here, we breathe, we are not invisible and we are real. There will never be enough monsters in this world, so why should we play pretend?
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