Buen día, Nocturnos. Espero estén bien. Hace días estaba pensando, como hace tiempo que no lo hago, y me dio bastante curiosidad el hecho de que últimamente hay muchos monstruos. Los hay en los libros, los cómics, series, películas... Estamos inundados de criaturas inhumanas, algunas que lo ocultan muy bien, pero que distan de ser iguales a nosotros. Aunque muchas veces podrían asesinarnos sin problemas, parece que son fascinantes para más de uno. ¿Por qué? Además, ayer fue el Día Mundial del Gótico, y los monstruos han sido una parte importante de esta subcultura.
Básicamente, son una vía de escape para muchos de nosotros. Más allá de la libertad que nos da la ficción, los monstruos, sus historias, y sus actos, nos permiten explorar lo que hay más allá de la moral, lo normal, y mostrar la vida real desde otro punto de vista. Es más fácil aceptar nuestro propio lado oscuro si lo vemos en alguien más.
Leyendo la introducción de Asa Simon Mittman para The Ashgate Research Companion to Monsters and the Monstrous, encontré una frase que lo explica a la perfección: "Se tragan nuestras costumbres y expectativas culturales, y luego, convirtiéndose en lo que comen, nos reflejan nuestros propios rostros, convertidos en repugnantes o, tal vez, revelados como siempre lo han sido." (Simon Mittman, 2012: 1; traducción propia).
Podría ponerme a enumerar varias criaturas y desentrañar el mensaje detrás de cada una. Por ejemplo, el vampiro es sinónimo de lujuria reprimida, el hombro lobo de ira, el fantasma es un símbolo de arrepentimiento, podría decir que el zombi es una metáfora del miedo a la muerte, y así sucesivamente. Cada criatura que nos roba el sueño es un miedo, una inseguridad, un trauma, un problema social.
En mi caso, los libros de vampiros han sido un escape, una forma de seguir soñando con ese amor perfecto, sentimientos desenfrenados, ese lado que no se preocupa por las construcciones sociales, las ideas preestablecidas. Cuando leí Frankenstein, no pude evitar simpatizar con la criatura, juzgada y despreciada por su apariencia, cosa que me pasó también a mí.
Me parece fascinante que podamos exteriorizar nuestras propias pesadillas y mostrarlas a la luz pública, y pocas veces nos damos cuenta de lo que realmente hay por dentro: un manojo de miedos, traumas, problemas sin solución, callejones sin salida, y noches sin dormir entre cada uno de esos elementos. Al final del día, los monstruos son solo la humanidad con un disfraz.
¡Un saludo y un abrazo!
***
Unsplash |
Good morning, Nightlies. I hope you're well. A few days ago I was thinking, like I haven't done it for a long time, and I was quite curious about the fact that there are a lot of monsters lately. They are in books, comics, series, movies... We are inundated with inhuman creatures, some that hide it very well, but that are far from being the same as us. Although many times they could kill us without problems, it seems that they are fascinating for more than one. Why? Also, yesterday was World Goth Day, and monsters have been a big part of this subculture.
Basically, they are an escape route for many of us. Beyond the freedom that fiction gives us, monsters, their stories, and their actions allow us to explore what lies beyond morality, what's normal, and show real life from another point of view. It's easier to accept our own dark side if we see it in someone else.
Reading Asa Simon Mittman's introduction to The Ashgate Research Companion to Monsters and the Monstrous, I found a phrase that explains it perfectly: "They swallow up our cultural mores and expectations, and then, becoming what they eat, they reflect back to us our own faces, made disgusting or, perhaps, revealed to always have been so." (Simon Mittman, 2012: 1)
I could list various creatures and unravel the message behind each one. For example, the vampire is synonymous with suppressed lust, the werewolf with anger, the ghost is a symbol of regret, you could say that the zombie is a metaphor for the fear of death, and so on. Every creature that steals our sleep is a fear, an insecurity, a trauma, a social problem.
In my case, vampire books have been an escape, a way to continue dreaming of that perfect love, unbridled feelings, that side that doesn't care about social constructions, pre-established ideas. When I read Frankenstein, I couldn't help but sympathize with the creature, judged and despised for its appearance, which happened to me too.
I find it fascinating that we can externalize our own nightmares and show them to the public, and rarely realize what's really inside: a bunch of fears, traumas, problems without solutions, dead ends, and sleepless nights in between each of those items. At the end of the day, the monsters are just humanity in a costume.
Greetings and hugs!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario